sábado, 31 de julio de 2010

PASEO MARITIMO PLAYA PONIENTE BENIDORM


El Paseo Marítimo de Benidorm, constituye un claro paradigma de cómo se debe de actuar en el espacio urbano, mediante criterios propios de una reflexión inteligente y de resultados atractivos, acerca de temas tan frágiles y decisivos como son la forma y los límites urbanos así como de la necesaria actuación en el espacio público utilizando soluciones propias de una marcada sensibilidad medioambiental y paisajística y, por lo tanto, sostenible.


El Paseo marítimo de Benidorm constituye un nuevo lugar de transición entre la ciudad construida y el espacio natural formado por el mar y la playa. No se entiende como frontera-borde sino como un espacio intersticial que permeabiliza esta transición, estableciendo a su vez un área de fuerte centralidad y calidad ambiental en un marco de un fuerte valor escenográfico, que ha de permitir la adecuada entrega de la horizontalidad del espacio marítimo con la agresiva verticalidad de la fachada urbana característica de la ciudad.


El Paseo recoge los flujos longitudinales y transversales de las diferentes circulaciones y los canaliza, permitiendo accesos cómodos a la playa, eliminando las barreras arquitectónicas y facilitando el acceso directo al aparcamiento, convirtiéndose así en un lugar arquitectónico, de gran valor plástico y urbano, que moldea una nueva topografía jugando con la luz y las sombras propias de los espacios de carácter marino y playero. Un conjunto de líneas sinuosas trenzadas establecen los distintos espacios funcionales adoptando diversas formas naturales y orgánicas que recuerdan la estructura fractal de un acantilado así como el movimiento de las olas y las mareas. Esta formalización de carácter orgánico y aparente aleatoriedad, tiene una finalidad de fuerte componente medioambiental, ya que estas geometrías son las que acabarán permitiendo la absorción y posterior disipación de las energías provocadas por las corrientes de aire de procedencia marítima y, en su caso, las de los frentes propios del oleaje.


La construcción del Paseo se estructura en diferentes capas, siendo esta una de sus principales características: una primera capa estructural que construye la línea de borde y entrega con la arena de la playa, formada por módulos curvados ejecutados en hormigón blanco y sustentados por una serie de contrafuertes; sobre ella, otra capa de texturas con pavimentos de diferentes colores agrupados por gamas cromáticas y una última capa conformada por el mobiliario urbano y los elementos naturales, como agua, vegetación, etc., acaban por construir un lugar homogéneo con personalidad propia y antecesor de la nueva arquitectura del siglo XXI al reunir como un único concepto tecnología constructiva y naturaleza.


Este proyecto, heredero de las formas orgánicas del modernismo y, a su vez, de las vanguardias del movimiento moderno propias de arquitectos paisajístas como Roberto Burle-Marx, introduce su aportación, en términos de contemporaneidad, a partir de la reflexión llevada a cabo acerca de las formas propias de la geometría fractal de la naturaleza así como de la aplicación de las últimas tecnologías de la construcción. Su formalización no obedece al azar, sino que surge de unas determinadas leyes, un partí geométrico y un sistema de modulación que establece una lógica constructiva, facilitando su ejecución final al permitir una construcción sistemática y eficaz.

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